"Mi más querido-a amigo-a.
lo mío no es la escritura, pero sin esfuerzo te escribo estas palabras para reflexionar sobre los caminos transitados juntos en estos años de profunda amistad y entendimiento.
Has tenido momentos críticos, y curiosamente esos momentos nos han unido de una manera nueva; antes éramos tan solo amigos del barrio, hoy somos prácticamente hermanos gracias a esa magia y comunión que se gestó en aquellas épocas donde las cosas no andaban bien en tu vida. Hoy mismo al pensarlo, al recordarlo, no puedo precisar cómo fue que me acerqué a ti, intuyendo que andabas mal. No tenía ese lugar en tu vida, no tenía la confianza. No obstante, como dije antes, estabas abierto más que nunca a una mano fuerte de la cual aferrarte, y la vida quiso que fuera yo quien te la diera. Quizá ni siquiera fuera mi decisión, sencillamente debía pasar, ser así. Y mis palabras fueron útiles, fueron aquellas que necesitabas oir, y entonces yo también te confié mis demonios personales, y así comenzó una travesía de descubrimiento, de lucha y enfrentamiento con los miedos más íntimos, muchos de ellos compartidos.
Recuerdo que llegamos a la conclusión de que realmente nuestros enemigos eran imaginarios --casi todos--, y que eso nos hizo reír. Hemos avanzado mucho desde entonces, pues en aquellos momentos inflabamos la tragedia con miedo, y luego nos hicimos valientes, diría que juntos. Entonces todo pasó a ser como ahora, charlas, comidas y música compartida. Salidas con chicas, humor y conversaciones hasta el amanecer. Pensaba que conocía bien a quien era mi mejor amigo, ese de la infancia, pero estaba equivocado porque mi mejor amigo resultaste ser tu. La diferencia es grande! Ahora puedo verlo: hasta que no conocemos al verdadero, autentico, unico amigo, no contamos con referencia real de lo que la amistad puede llegar a ser.
Un gran momento, un momento inolvidable: "aun amigos", dijiste, "hoy y siempre". Siempre es una bonita palabra, muy dificil de conquistar, ¿no es verdad?
con carinio de