Estamos hechos de momentos, de casualidad, de fugacidad, de recuerdos que nos atraparán cuando menos los esperemos, y nos ahogarán. Estamos hechos de verbos de pasado, de presente y los de futuro.
De eso mismo se trata, ¿no? No sabemos de lo que estamos hechos. No somos conscientes de que el tiempo es la única oportunidad, la más valiosa, para atesorar cuanto más mejor. Antes de que nos convirtamos únicamente en polvo, verbos de pasado, recuerdos. Cuando eso ocurra, no habrá más fugacidad, ni casualidad, ni riesgo.
PODEMOS