Nos estamos olvidando de escuchar.
Hay demasiado ruido y poca atención. No parece que nos importe nada más allá de las fronteras de nuestras vidas. Lo que nos ocurre a nosotros es siempre más importante que el resto del mundo. Lo demás está de más. Y es que nos olvidamos de que si tenemos dos orejas y una boca, es para que escuchemos el doble de lo que hablamos.
PODEMOS