LA LEYENDA DE NARCISO
Narciso, era un hermoso muchacho
que todos los días iba a contemplar
su propia belleza en el lago.
Estaba tan fascinado por sí mismo,
que un día cayó dentro del lago y murió ahogado.
En el lugar donde cayó
nació una flor a la que llamaron narciso.
Pero Oscar Wilde
ponía fin a la historia de esta manera:
El decía que cuando Narciso murió,
vinieron las Oréiadas -diosas del bosque-
y vieron el lago transformado,
de un lago de agua dulce,
en un cántaro de lágrimas saladas.
-¿Por qué lloráis?- preguntaron las Oréiadas.
-Lloro por Narciso, - respondió el lago.
-Oh, no nos extraña que lloréis por Narciso
-prosiguieron diciendo ellas-.
Al fin y al cabo,
a pesar de que todas nosotras
le perseguíamos siempre
a través del bosque,
vos erais el único
que tenía la oportunidad
de contemplar de cerca su belleza.
-Entonces, ¿era bello Narciso?- preguntó el lago.
-¿Quién sino vos podría saberlo?-
respondieron, sorprendidas, las Oréiadas-.
Después de todo,
era sobre vuestra orilla
donde él se inclinaba todos los días.
El lago quedóse inmóvil unos instantes.
Finalmente dijo:
-Lloro por Narciso,
pero nunca
me había dado cuenta
de que Narciso fuese bello.
-Lloro por Narciso
porque cada vez
que el se recostaba sobre mi orilla
yo podía ver,
en el fondo de sus ojos,
mi propia belleza reflejada.
DUKE