Cuando llegaron a América del Sur, los conquistadores españoles, se encontraron con árboles del género Prosopis que daban vainas comestibles semejantes a las de la Ceratonia siliqua de las costas mediterráneas. Por tales circunstancias terminaron llamando "algarrobos" a las especies del mencionado género. Nuestros algarrobos son árboles nobilísimos que prosperan bajo diversas condiciones de suelo y clima, incluso las muy adversas, para ofrecernos toda una gama de productos y subproductos como: madera, frutos, harina (un sucedáneo vernáculo del chocolate), pan (patay) y por fermentación en agua, una bebida refrescante, ligeramente espirituosa, la aloja. A lo largo y ancho de nuestro país hay algarrobos famosos, hace algún tiempo mencioné el de Campo Santo en la Pcia de Salta, hoy os presentaré otro, este de Merlo en la Pcia de San Luis. Se trata de un añoso árbol, casi milenario, sobre el cual se han tejido infinidad de historias fruto de la admiración que despierta su grandioso porte. A continuación cuelgo, respecto del mismo, una breve síntesis histórica bajada de la Red:
ALGARROBO ABUELO
Este magnífico ejemplar de Algarrobo Blanco (Prosopis Alba) es un sobreviviente del extenso bosque de algarrobos que cubría todo el Valle del Conlara hasta la llegada del Ferrocarril, a comienzos del Siglo XX. Actualmente declarado “Árbol Provincial”.
Se encuentra ubicado en Piedra Blanca Abajo, una zona llena de historias y tradiciones, distante 4 Kms. al Norte de Villa de Merlo.
Antes era conocido como el “Algarrobo de los Agüero” por pertenecer a esta tradicional familia del lugar, que se radicó a su sombra, hace más de 200 años. Después que uno de sus descendientes, el poeta Antonio Esteban Agüero, le dedicara su bello y extenso poema “Cantata del Abuelo Algarrobo”, la costumbre popular comenzó a llamarlo con este nombre entrañable y filial. Su último dueño, antes de ser expropiado como bien público, fue el artista y filósofo, Orlando Agüero Adaro, sobrino del poeta y residente en el lugar.
Se le han realizado estudios dendrocronológicos que habrían establecido una edad superior a los 800 años. El gran árbol ha presenciado todas las etapas de la historia lugareña: la cultura aborígen, la colonización, los aportes realizados para la guerra por la Independencia, la lucha por la organización nacional entre unitarios y federales y los pasos del progreso que lo van cercando inexorablemente. Antiguos relatos hablan del paso de los caudillos federales Facundo Quiroga y Ángel Vicente Peñaloza (El Chacho).
Otros recuerdan visitantes distinguidos como los artistas plásticos Luis Cordiviola, José Malanca y José Sabino. También fotógrafos, periodistas, escritores, políticos.
Aquí una vista del árbol desde un drone: https://youtu.be/XnmCAWsqsDY