Hoy me juegue
en la cara, el calor de tus besos,
de aquellos labios presos, que a mi cárcel
llevara
y un bolero de Lara nos convierta en su fuego.
Tiempo al tiempo yo
ruego –y al reloj se detenga–
y si hay amor que venga, al corazón de un
ciego.
Hoy me encuentre el amor, consumido en tus horas
y en
lágrimas que lloras, muera lento el clamor,
sea azul el color, de la sangre
en tus venas,
donde escondan las penas de unos ojos perdidos,
donde puedan
latidos, remover sus cadenas.
Aunque me falte aliento, de tus manos
caricias,
de aquel cuerpo delicias, te buscaré en el viento,
en el sordo
tormento de un dolor sin sosiego.
Hoy desde mi alma entrego, la vida aunque
me pese
y si hay amor regrese, al corazón de un ciego.
© 2008 Autor : Raúl Castillo Soto
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