Difícilmente las palabras podrían describir un sentimiento tan bello como es la amistad. Aún así, hoy lo intento, y empiezo por decir que sea mi amiga cuanto valoro en verdad.
Gracias por brindarme su apoyo incondicional, por sus consejos, por el afán de que pueda mirar que aún, cuando las cosas, por el momento, van mal debo tener fé, de que ellas pueden cambiar.
Me reconforta saber que cuento con una amiga, una verdadera amiga de tan buen corazón, alguien a quien a Dios, yo le pido, siempre bendiga y junto a los suyos le brinde su protección.
Mi familia también comparte este sentimiento pues su amistad a todos les ha hecho un bien, para usted nuestro sincero agradecimiento, que Dios la cuide y a todos en su hogar también.
Pety, puedo decir con absoluta seguridad que mi Dios me ha otorgado una gran bendición al permitirme contar con su valiosa amistad, que agradeceré siempre con todo mi corazón.
Romie
(un poema para una amiga muy querida)
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