Yo tengo un paje muy fiel Que me cuida y que me gruñe, Y al salir, me limpia y bruñe Mi corona de laurel. Yo tengo un paje ejemplar Que no come, que no duerme, Y que se acurruca a verme Trabajar y sollozar. Salgo, y el vil se desliza Y en mi bolsillo aparece; Vuelvo, y el terco me ofrece Una taza de ceniza. Si duermo, al rayar el día Se sienta junto a mi cama: Si escribo, sangre derrama Mi paje en la escribanía. Mi paje, hombre de respeto, Al andar castañetea: Hiela mi paje, y chispea: Mi paje es un esqueleto.
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