Dolor y esperanza. Estos son los sentimientos que, debido a la pandemia, caracterizan estos días antes de Navidad. El año 2020 está llegando a su fin, un año marcado por el sufrimiento, pero también por el compromiso de tantas personas que ayudan a los que sufren...
Deseo que la gente tenga la fuerza, la esperanza, la fe y la alegría de hacer más brillante el Año Nuevo. No podemos esperar que los factores externos cambien las cosas.
Tal vez no cambien. Pero podemos cambiar nuestras perspectivas y eso hará que el Año Nuevo sea más brillante: nuestra esperanza, nuestra solidaridad, nuestra alegría.
Todos podamos vivir cada momento, cada día de nuestras vidas, en paz con Dios y en paz con nuestro prójimo.
No pospongamos las buenas acciones que podríamos hacer ahora, pequeños gestos: un simple acto de bondad, un pequeño acto de justicia, una simple llamada de teléfono, una sonrisa, un recuerdo...
Esta Navidad del 2020 en la pandemia nos llama a la solidaridad. Espero que seamos creativos, que encontremos maneras, especialmente para recordar a nuestros hermanos y hermanas que tienen un amigo con el que pueden contar.
Carmen