* ¿Sabías qué...? *
Siendo cónsul de Nicaragua en Francia, Rubén Darío asistió a una elegante fiesta en los Campos Eliseos de París. El suntuoso traje de etiqueta no ocultaba sus profundos rasgos indígenas.
Al cruzar el gran salón una rancia aristócrata, creyendo que el poeta no la entendería comentó:
"A leguas se nota que es un indio, sólo le falta la pluma". Al escuchar esto Rubén Darío se regresó y en un perfecto francés le responde:
"Se equivoca señora, la pluma la traigo aquí —sacándola de la bolsa— y estoy seguro que sé utilizarla mucho mejor que usted".