Eres el beso hecho poesía,
un verso cálido que nunca se enfría.
Eres la llama que alumbra mi noche, la dulce armonía en mi reproche.
Te repaso una y otra vez,
como quien busca en el alma la vez que rozó el cielo con un suspiro, que en tus labios dejó su delirio.
Memoria viva de un fuego eterno,
el eco suave de un amor interno.
Exacto eres, como el compás,
largo en el tiempo, pero nunca fugaz.
Eres mi beso, mi verso, mi guía,
el poema eterno de mi poesía.