Ese hombre...
Y que podría agregar a ese hombre,
Si tiene todo lo que una mujer desea...
Su altura...
Su mirada...
Su porte...
Tiene todo lo que despiertan mis ansias,
Provoca empaparme con él en mi cama...
En el sofá de la sala...
En algún rincón de la cocina...
Tiene todo lo que provoca mi río.
Que más podría decir si tantas veces escribimos poesía...
En cada letras me seduce...
En la manera que lo recita...
En unos simples garabatos ya vuelve a hacerme suya.
Ese hombre es aquel que me visita cuando la soledad se avecina...
Para inquietar mis sentidos...
Para mojar mis botones...
Y atravesar el horizonte.
Que más podría agregar si tiene su cáliz lleno de deseos...
Cuando me toca las piernas...
Cuando me rosan sus labios...
Quemando mi corazón llamas enciende.
No hay palabras para tantas pasión acumulada...
Desparramando abecedario en mi espalda,
Voy dejando poemas en su pecho...
Pidiendo más por su boca...
Sudados mis manos se deslizan en su viril que más me provoca.
Ese hombre siempre llega en el momento que ya el éxtasis despierta...
Su pluma siempre lista para dejar letras en mi vientre...
Cada tarde la releo…
Porque así es que le tengo para disfrutarlo un poco y de a poco hacerlo mío por completo.
Oh amor mío… hoy también visítame que te necesito,
Ven... Tómame que para ti… siempre estoy lista.
Uvalda Ayala.