No estás y te veo, en cada rincón de mi mente,
no estás y te siento, en el eco de cada latido,
acaricio y estrecho tu cuerpo en mis sueños,
te envuelvo en mi deseo, en un abrazo sin fin.
No estás y me pregunto,
¿por qué no estarás siempre?
Aquí, en el lugar donde siempre te pienso,
aquí, donde en cada instante,
te quiero con fervor, donde tu ausencia
se convierte en mi mayor dolor.
No estás y me muero porque estés, mi corazón
clama por tu presencia,
no estás y te beso en el aire, en la distancia,
cada beso es un susurro de desesperanza.
Qué camino tan vacío es ese,
donde no estás tú, mi faro, mi guía,
cada paso sin ti es una sombra de lo que podría ser,
una senda desierta en la que tu ausencia se desliza.
En tu ausencia, la vida se torna incierta,
y cada pensamiento es un grito ahogado,
te busco en cada amanecer y en cada estrella,
anhelo tu presencia en un universo sin regreso.