No sé a qué viene admirar tanto a Moisés por los diez mandamientos. Yo también escribo, y a mí no me sopla Dios el argumento.
Por viejo que se haga, un hombre siempre puede implantarse un tupé y tocar el culo a las camareras.
Cuantas más faltas de ortografía hay en la carta de una admiradora más hermosa sé que es.
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