Cuando hay amistad,
todos los pensamientos,
todos los deseos,
todas las esperanzas
nacen y se comportan
en espontánea alegría.
Cuando te separes de un amigo,
no sufras
porque lo que mas amas
en el se volverá más nítido
en su ausencia;
así como la montaña es más
clara desde el llano para el montañés.
Y no permitas más propósito
en la amistad que la
consolación del espíritu.
Que lo mejor de ti
sea para tu amigo.
Que él conozca el menguante de tu marea,
pero que también conozca tu creciente.
Porque ¿qué amigo es el que buscas
para matar las horas?
Búscala siempre para vivir las horas.
Porque él existe
para colmar tus necesidades,
no tu vacío.
Y permite que haya risa y placeres
compartidos en la dulzura de la amistad.
porque en el rocío de las
pequeñas cosas del corazón
encuentra su alborada
y se refresca.
© Autor Nancy Nangel 2009