Me atrapas con tus brazos de enredadera
que suben desde mis pies hasta el pelo
hasta llenarme de primaveras.
Botones de rosas se abren en mis campos
cuando haces tu jornal cada día
siento los pasos de tu cuerpo
que abren caminos en la tierra prohibida.
Tus manos de hombre labriego
surcan mi cuerpo
y siembras en mis entrañas
la semilla de la vida.
Riegas mis campos con besos
que alimentas con caricias.
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