Dije: Dios, me duele.
Y Dios dijo: Lo sé.
Dije: Dios, he llorado tanto.
Y Dios dijo: Para eso te dí lágrimas.
Dije: Dios, estoy con depresión.
Y Dios dijo: Por eso te dí el brillo del sol.
Dije: Dios, la vida es muy dura.
Y Dios dijo: Para eso te dí seres queridos.
Dije: Dios, mi hijo querido murió.
Y Dios dijo: El mío también.
Dije: Dios, es una pérdida muy grande.
Y Dios dijo: Ví al mío clavado en una Cruz.
Dije: Pero, Dios, tu Hijo más querido vive.
Y Dios dijo:
¡ TAMBIÉN EL TUYO !
(No conozco el autor, pero, lo encuentro precioso, por eso lo traigo)
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