... Y de repente, ya no estás,
pero tus palabras quedaron.
Ya no importan las semanas,
Te voy a seguir esperando.
Vestida como la última vez,
sentada en el mismo lugar,
yo misma te esperaré,
hasta que decidas volver.
Miles de lunas pasaron,
y yo sigo aquí,
con el alma entre mis brazos,
esperándote a ti. Pero ya no resisto más,
La soledad se apodera de mí.
Y sin defensa alguna, decido que me rendí.
Si algún día vuelves, mi alma ya no estará,
y convertido en piedra, solo mi cuerpo quedará.
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