Oraciones no contestadas- Respuestas no escuchadas
¿Estás experimentando oraciones no contestadas? ¿Se hace sordo Dios a algunas de tus plegarias desesperadas para sanidad, finanzas o protección? Todos experimentamos irritabilidad cuando nuestros mejores esfuerzos para comunicarnos resultan en una respuesta insatisfactoria – o peor, en ninguna respuesta. Preguntamos ¿Recibiste mi mensaje? Cuando oramos, a menudo identificamos la falta de resultados inmediatos y tangibles al rechazo de Dios de nuestras oraciones. En Santiago 5:13-18 se nos insta a orar seriamente con la promesa de “resultados poderosos y maravillosos.” ¿Por qué enfatizaría Dios la importancia de la oración, y luego decidir no responder con una contestación alegre? Cuando contesta oraciones, Dios responde primero a nuestra actitud, tal como un padre responde a un precioso hijo (Salmo 103: 13-14). Nuestras acciones y actitudes infantiles frecuentemente afectan los resultados deseados de la oración. La falta de perdón (Marcos 11:24-25), el egoísmo (Proverbios 21:13), la duda (Mateo 21:21-22), la codicia (Santiago 4: 2-3), el orgullo (2 Crónicas 7:14-15) y la terquedad (Zacarías 7:11-13) entorpecen el deseo de Dios para responder a nuestras oraciones.
Oraciones no contestadas – Respuestas no esperadas
La oración no es un monólogo casual. No es un seguro para garantizar una vida sin dolor ni dificultades. La oración es reconocer activamente a Dios como la fuente de todo poder, y confiar que todas Sus respuestas, sean las que esperamos o no, lograran grandes cosas (Isaías46:9-10; 64:4)
Matt y nuestra hija, Jackie, ambos músicos, se hicieron amigos íntimos. Como baterista, él tocaba cada vez que ella cantaba con la banda de adoración. El deseo más profundo de Matt era enseñar la Palabra de Dios y quizás entrar al ministerio. Sus intereses comunes los atrajeron más aún. Mientras estaba en su undécimo grado de la escuela superior Jackie esperaba asistir a la misma universidad que Matt. Luego, Matt fue diagnosticado con cáncer linfático avanzado. Jackie decía: “Tuve gran fe que Dios sanaría a Matt. Él tuvo tanta pasión para ser un pastor, enseñando a otros. Supe que Dios no le quitaría la vida porque Matt podría hacer tanta diferencia en este mundo.” Ella oraba por su sanidad.
En septiembre del último año de escuela superior de Jackie, Matt murió. Jackie respondió con enojo e incredulidad para con Dios por aparentemente no responder a sus oraciones: “Al principio culpé a Dios. Luego, me culpé a mí misma, pensando que no hubo orado lo suficiente, o que quizás se me hubo olvidado orar un día.” Luego de su graduación, Jackie asistió a una universidad cristiana. A través de sus amistades, ella comenzó a salir del dolor y de la pena que tenía atrapados adentro, y que se la comían en soledad. “Una vez compartí mi sufrimiento con otra persona, mi sanidad comenzó, y experimenté el amor de Dios y Su fortaleza nuevamente.” (2 Tesalonicenses 2:16-17)
Matt nos enseñó a todos que valorizó su relación eterna con Dios más que cualquier vida temporal en la tierra. Todos habíamos orado que viviera Matt, y Dios respondió con un maravilloso “¡SI!” (Juan 11:25). En el último semestre de su tercer año de universidad, nuestra hija conoció a Michael. “Al principio me atrajo el intenso amor de Mike para con Dios. Yo sabía que Dios estaba logrando Sus planes en nuestras vidas.” Hoy, Michael sirve al Señor, enseñando y compartiendo el amor de Dios con intensa pasión. Y cuando Jackie canta acerca de las grandezas de Dios, su afectuoso esposo, Michael, la acompaña en las congas (Jeremías 29:11).
Oraciones no contestadas – Entendiendo las respuestas
En algunas ocasiones, Dios contestará “No” a nuestras oraciones desesperadas. Cualquier tardanza o resultado inesperado no nos debe descorazonar. ¿Cuál es el verdadero propósito de Dios en responder a nuestras oraciones (Juan 14:13)? ¿Qué quiere completar Dios en nosotros a través de la oración (Juan 16:23-24)? Dios desea que llevemos todas nuestras necesidades a Él mientras responde (sí o no) de acuerdo con Su carácter y voluntad. Dios nunca nos concederá peticiones que sean contrarias a Su voluntad. Mientras recibiendo un “Sí” nos hace felices, Dios nunca nos prometió felicidad. La felicidad se basa en las circunstancias. Dios desea que tengamos gozo eterno – especialmente Él responde, “No, será hecho en Mi tiempo, no en el tuyo. No, Yo revelaré Mi gloria.”
En Lucas 22:41-44, Jesús agonizaba conociendo los eventos que precederían Su muerte. En oración ferviente Su mayor deseo era darle preeminencia a la voluntad de Dios no a Su dolor y sufrimiento (Hebreos 12:2) Cuando oramos sin cesar (1 Tesalonicenses 5:16-18), Dios siempre responde, y cada respuesta trae gozo.
Desconozco su Autor - Texto tomado de otra Comunidad