Amor, un viaje misterioso, extraño, sin lógica.
El latido del mundo y el corazón de todo aquel que se atreva a tomarlo, a sentirlo, a desearlo.
La llama de la vela que se enciende en todo aquel capaz de sentirla, pero no quemarse.
La lluvia que resbala sobre una montaña, el agua que corre por entre las piedras, el vuelo de un ave, el suspiro del viento. Viento que susurra en tu oído, que atreverse no cuesta nada, y que intentar no es en vano.
Que buscar no es tan malo, pero que esperar no es tan bueno.
Que la vida no es vida, si no se tiene a alguien con quien compartirla.
Que soñar no tiene precio, pero que lo pagas si vives tu vida, viviendo de ello.
Amor, una senda eterna si es verdadera, o tan sólo un pasaje, depende de como sea.
Las miradas que chocan curiosas, en un repentino encuentro, o el roce de los labios que se enamoraron despacio.
Aquel que es puro y que sólo siente.
Aquel que no pide nada a cambio, pero que lo da todo sin pensarlo.
Aquel que con simplemente tocarte, puede cambiarte.
Aquel que siendo verdadero, es más fuerte que el miedo.
Miedo que día a día, nos aleja de la vida, miedo creado por anteriores fracasos, miedo que es vencido sólo, cuando la fe de algo más fuerte crece dentro, y cuando la esperanza de lo verdadero, no se pierde entre la niebla.