Una semilla plantada en mi vientre,
brotaron rosas en mi alma,
y en mi corazón impaciente,
una mariposa nació al alba.
Tierna, dulce y brillante
con paz, protección y calma
prometí cuidarte siempre
y decidí llamarte Salma.
Eres luz de mi camino,
camino que juntas vamos a andar
hasta el cielo, hasta el infinito
mi mariposa sola querrá volar.
Vuela alto, mi mariposa,
vuela muy alto hasta las estrellas alcanzar
hasta mis sueños, a mis sentidos, hasta el mar
y vuelve a mis brazos, mi preciosa.
Noto en el aire tu olor
tan fresco y embriagador,
y tus susurros, tus risas y melodías
el sabor y aliento de mis días.
Salma, mi Salma
la niña de mis ojos, hermosa
la niña de mi alma
mi pequeña mariposa.
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