Más adelante llegamos a un semáforo donde un poco molesto me coloqué al lado de aquel automóvil, cuando se abrió la ventana del otro auto y el conductor me
dijo:
- "Disculpe, pero su luz izquierda está desprendida. Debería repararla o puede tener algún accidente"
Me dí cuenta entonces que el reflejo era producto de mi luz averiada.
Esto me hizo reflexionar mucho sobre lo que pensamos de los demás. A veces una actitud negativa o mala de otras personas, puede no ser mas que el reflejo de nuestras acciones en aquella persona. Comprendí entonces las palabras de Jesús
de tratar a los demás como quisiéramos ser tratados, y servir como si fuéramos los últimos para así ser los primeros.
Mantén la paz con tus amigos y compañeros, y antes de criticar o juzgar, mira tu corazón y piensa si aquello no es el resultado de tus acciones para con aquella persona. Y recuerda no juzgar pues con la misma medida serás juzgado, deja el juicio y la venganza a Dios.
Arturo Quirós Lépiz