Las bolsas de plástico de un solo uso representan un grave problema, no solo para
el medio ambiente, sino para las personas. ¿Conoces la isla de plásticos del Pacífico?
Tiene una superficie mayor que la de España con 1.400 millones de km2.
Esto afecta a toda la fauna y flora del océano, pero también a todas las personas
que viven en la zona y basan su dieta en la pesca.
Está claro que las bolsas de plástico son un símbolo de la incultura de “usar y tirar”
en la que vivimos inmersos. Podemos decir que no se puede evitar o bien podemos
tomar las riendas y asumir que tenemos un gran poder cambiar las cosas.
En este sentido y en otros. Pero siempre hay que empezar y poco a poco ir
introduciendo más cambios, que nos hagan sentirnos conscientes y responsables
de cada uno de nuestros hábitos.
Te proponemos sencillas alternativas para evitar las bolsas de plástico de un solo uso:
LLeva siempre a mano una bolsa de tela plegable. Ocupan poco y son muy resistentes
para tus compras espontáneas de cada día.
Cuando vayas a hacer una compra grande llévate el carrito de la compra
(mucho mejor para tu espalda que las bolsas), o bolsas grandes de rafia, o una mochila...
hay muchas opciones para todos los gustos.
Para pequeñas compras, como las de la farmacia, unos bolis, un libro,
es común coger la bolsa que te dan, y meterla en el bolso o mochila.
¿Realmente necesitas esa bolsa?
Seguramente puedas decirle que no al comerciante.
- Usa el sentido común.
Los sistemas de transporte reutilizables son más cómodos, bonitos y ecológicos,
además de baratos económicamente y para nuestro medio ambiente.
Al llegar a casa los vacías, y vuelves a tenerlos disponibles sin
aumentar tu generación de residuos!