“ LA RESPUESTA AMABLE CALMA EL ENOJO;
LA RESPUESTA VIOLENTA LO EXCITA MÁS”
Gracias por escucharme.
Gracias por atenderme.
Hay paz en mi corazón.
Siento la necesidad de decirte muchas cosas, que mis palabras sean oídas, que la esperanza alumbre el sendero oscuro ,que Tu, mi Maestro , seas un espejo, donde pueda verme; donde tus sabias palabras alimenten mi alma entristecida y mi mente se aclare con tu buen ejemplo.
A veces te desconozco cuando creyéndote sabio, te veo necio en tu actuar y pienso que necesitas de Dios, el verdadero Maestro que es omnisciente y quien guía nuestros pasos. Búscalo dentro de ti, está presto a es escucharte y El te iluminarà.
No te afanes si tus deseos no se cumplen en el ahora, todo tiene su momento y muy seguramente ese día llegará , bien dice el adagio:
Al tiempo, tiempo le pido
el tiempo, tiempo me da
y el mismo tiempo me dice
que él me convencerá.
La humildad te hizo grande, cuando aún, eras pequeño en tu caminar ; se más humilde hoy cuando estás muy cerca de la meta y el recorrido que falta es corto. Detente y se justo.
No provoques la ira del que en silencio calla lo que quiere decir, lo que quiere expresar.. sus acciones hablan por si solas, su mutismo es mas violento que el que vocifera su inconformidad. No siempre el que calla, otorga ; a veces una mirada o un gesto,dice que más, que mil palabras. Aprende a discernir entre el poder del silencio y el poder de la palabra. A eso le llamamos sabiduría. La sabiduría del Rey Salomón.
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