El primero a progresar debe ser tu mismo. Muchas veces somos capaces de apuntar claramente la necesidad de otro progresar. Progresar es transformarse, ser mejor y evolucionar en la carrera de la vida. Sin embargo, ¿cuántas veces nos miramos e incentivamos a nosotros mismos a progresar? Nos olvidamos a veces de la ley de que solo podemos dar lo que realmente tenemos, nada más y nada menos. Claro está que no podemos esperar hasta llegar a la perfección para ayudar a los otros, pero debe haber por lo menos un esfuerzo al mismo tiempo en este sentido. El esfuerzo de cambiar partes profundas de nuestra personalidad y ser diferentes. |