He navegado sin rumbo, solo y sin saberlo; He marchitado al tiempo con mis desplantes y sonidos He padecido el vértigo de la muerte en cada lágrima de mis noches... pero Hoy me he dado cuenta que contigo la soledad es felicidad eterna.
He sacrificado al amor para renegar de su existencia He maldecido a mi suerte, siempre que me ha traicionado pero con tu presencia hermano mío hasta el mismo infierno es dulzura y mis noches sabor a melancolía.
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Mario Rodríguez |