Por supuesto que Dios quiere que seamos ricos, pero hay que tener claro el concepto de riqueza.
En cierta ocasión oí en un programa de radio una entrevista con un monje y, entre otras cosas, dijo que ellos, los monjes veían el concepto de riqueza como algo muy distinto a como lo ve mucha gente. El matiz principal está en que la verdadera riqueza ha de partir del punto de no crear necesidades vanas.
En esto creo que tiene toda la razón. Muchas veces no sabemos distinguir entre lo imprescindible, lo necesario y lo conveniente. ¿No es verdad que muchas veces acabamos esclavos de la necesidad de poseer muchas cosas; necesidad que nos hemos creado artificialmente y que no nos produce más que desasosiego?. El poseer muchas cosas, mucho dinero, en sí mismo no es ni bueno ni malo. Otro tema es cuando nos hemos creado un "apego" a ese ansia de poseer. ¿qué ha ocurrido?, que nos hemos hecho esclavos de las posesiones que tenemos y/o de las que anhelamos. Nos creemos que poseyendo tal vehículo o tal vivienda seríamos más felices. Lo que hemos hecho ha sido conceder el requisito de nuestra felicidad a ese bien. No nos hemos dado cuenta de que nuestra felicidad la hemos puesto a disposición de una pertenencia más o menos válida.
Concluyo que no es más rico quien más dólares tiene, sino quien menos los necesita.
Todo esto hablando de los bienes materiales, por que en cuanto a bienes como la posición social, la fama, la clase social a la que quiero acceder... y otras veleidades por el estilo habría mucho que hablar. Ya lo dijo el hombre que murió con los brazos abiertos cuando puso el símil del camello y el ojo de la aguja comparándolo con que un rico entre en el Reino de los Cielos. Y además..."No solo de pan vive el hombre..."