Tu alma en mí dejó su fría imagen, sólo recuerdo de lo que vivías, y si al espejo miro y me reflejo allí encuentro tus ojos, tu silencio de cera con un reposo de apagado aliento, como si descendiendo arenas o un tropel de recuerdos sobre mi piel, con sosegado paso hacia el cristal cayeran. ¿No caen hojas como frases muertas, y mis ojos en ti no fueron rosas ahogadas en tu aroma?
Si al agua miras, mira mi corazón ornado de sepulcros bajo las olas que lo mueven, crecido entre las ruinas de tu nombre, entre perderse en muerte o florecer como una eterna espera o el lamento de un Adán impasible que soñaba contigo y tu mentido Paraíso. Porque al mirarte contra el agua, miras mi pensamiento en tu alma suspendido.
Ali Chumacero |