Cuando el dolor y la pena inunden tus espacios, cuando las sonrisas ya no sean por alegrías sino muecas fingidas, cuando la desesperanza haya tocado tu corazón, cuando el viento sople con lenguas de fuego, recuerda volver tus ojos a tu Creador.
Cuando la noche fría te abrace con rocío de hielo y no tengas un lugar para cobijarte, cuando el agua sea amarga y el alimento no alimente ya, cuando las luces se hayan apagado, cuando la confusión reine en la oscuridad, recuerda volver tus ojos a tu Creador.
Ven caminando, ven corriendo, ven volando, ven como quieras que yo te estaré esperando. Yo te llevaré a ver los campos soleados y los ríos de cristal, las montañas nevadas y los bosques de mineral. Te llevaré hasta las nubes y te mostraré desde allí el dulce despertar, haré de tus días un nuevo cuaderno donde escribas la canción que cantarás.
No te olvides que aqui te estaré esperando, hay algo más por lo que luchar. Las cosas tienen un principio y tambien tienen un final. No resistas en luchas inútiles que no van fructificar, más bien levanta tus cosas y busca volver a andar caminos que harás con tu caminar.
Siempre se pasan pruebas que nadie quiere pasar, pero pasando la vida pasan sin probar lo bueno sin tomar la novedad y se quedan masticando penas que nunca van a poder tragar, porque no se pasan las pruebas sin valor ante la adversidad sin dejar de lado la soberbia, las falsas creencias y la material realidad.
No te olvides que aqui te estaré esperando cuando la noche se venga ya, recuerda las estrellas que en estos años viste, recuerda que más allá de toda duda, y de toda cruel realidad hay un paisaje esperando para protegerte y darte un lugar.
Aqui estaré esperando como mudo testigo bajo las estrellas de luz, mirando una constelación que anuncia el nuevo día, bajo la cruz del sur
. Miguel Ángel Arcel