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De: sole (Mensaje original) |
Enviado: 09/08/2010 16:54 |
Hablamos de "hallar" tiempo para nuestros hijos o de hacer tiempo para las personas en nuestra vida o para los amigos.
Damos la impresión de que las relaciones son apenas una parte de nuestra vida, junto con tantas otras ocupaciones.
A veces pensamos, lo que más importa en nuestra existencia, son las relaciones y no los logros o la adquisición de bienes. Entonces, ¿por qué le prestamos tan poca atención a las relaciones? Cuando estamos muy ocupados, afectamos el tiempo que dedicamos a las relaciones, quitándoles la energía y atención necesarias.
Es posible evaluar la importancia que le asignamos a algo considerando el tiempo que estamos dispuestos a dedicarle.
Cuanto más tiempo le dedicamos a algo, más evidente resulta la relevancia y el valor que tiene para nosotros.
Si quieres conocer las prioridades de una persona, fíjate en cómo usa el tiempo. El tiempo es el regalo más preciado que tenemos porque es limitado.
Podemos producir más dinero, pero no más tiempo. Cuando le dedicamos tiempo a una persona, le estamos entregando una porción de nuestra vida que nunca podremos recuperar.
No es suficiente decir, que las relaciones son importantes, debemos demostrarlo en acciones, invirtiendo tiempo en ellas.
Las palabras por sí solas nada valen...
La esencia del amor, no es lo que pensamos, hacemos o aportamos a los demás. Es cuánto entregamos de nosotros mismos a los demás.
El mejor regalo de amor, no son los diamantes, ni las rosas, ni los dulces. Es la atención dice: "Te valoro tanto que te entrego mi bien más valioso: mi tiempo".
Siempre que dediques de tu tiempo, estarás haciendo un sacrificio y el sacrificio es la esencia del amor o amistad.
Es posible dar sin amar, pero no se puede amar sin dar.
Amar es entregarse: dejar de lado mis preferencias, comodidad, objetivos personales, seguridad, dinero, energía y tiempo para el beneficio de otra persona.
El mejor uso que le puedes dar a la vida, es amar. La mejor expresión de amor es el tiempo. El mejor momento para amar es este ... es hoy ... es ahora. AUTOR: Autor Desconocido
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¿Qué hay al otro lado?
Un hombre enfermo se dirigió a su médico, mientras se preparaba para dejar el consultorio y le dijo: "Doctor, tengo miedo de morir. Dígame, ¿qué hay al otro lado?"
Muy escuetamente, el médico le contestó: "No lo sé".
"¿Cómo que no lo sabe? Pero si usted es católico. ¿No sabe lo que hay al otro lado?"
El médico tenía su mano en el pomo de la puerta. Al otro lado, se oyó un ruido de rasguños y lloriqueo y, al abrir la puerta, un perro entró apresuradamente en la habitación y le saltó encima con una evidente manifestación de alegría.
Girándose al paciente, el médico dijo: "¿Ha visto a mi perro? Nunca había estado en esta habitación antes. Él no sabía lo que había aquí dentro. Lo único que sabía es que su amo estaba aquí y, cuando se abrió la puerta, dio un salto hacia adentro sin temor alguno. Conozco muy poco de lo que hay al otro lado de la muerte, pero sé una cosa... sé que Dios, que es mi padre, está allí y eso es suficiente."
La seguridad del católico está en el Señor en quién él o ella cree. Aunque el paso al más alla nos produzca muchos interrogantes, la seguridad de que Dios está al otro lado de la puerta, nos reafirma. No esperes mucho para entrar en contacto con Él. Vale la pena vivir sabiendo quién está al otro lado de la puerta. !Confía en el Señor!
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