Aceite de soya:
es un aceite ligero de color amarillento y perfumado; debe utilizarse en frío.
• Aporta cantidades equilibradas de ácidos grasos esenciales, como el omega 3 y omega 6, que son benéficos para el funcionamiento del corazón.
• Ayudan a controlar la cantidad de colesterol malo.
• Contiene vitamina A y E.
• Son de fácil digestión y asimilación.
• Su alto contenido de fosfolípidos lo hace importante para las células nerviosas y cerebrales.
Aceite de girasol: debe ser extraído en frío y de primera presión para que mantenga sus propiedades.
• Una de sus cualidades más importantes, si es de primera presión en frío, es su alto contenido en vitamina E y ácidos grasos no saturados.
• La calidad de sus ácidos grasos junto con su riqueza en ácidos linoleico, oleico y vitamina E, contribuyen a reducir el riesgo de sufrir problemas circulatorios, infartos y otros problemas cardiovasculares.
• Recomendado para personas que padecen arterioesclerosis.
• La riqueza en vitamina E lo convierte en un importante antioxidante.
Aceite de calabaza: se obtiene prensando en frío sus semillas crudas. No refinado, posee muchas propiedades.
• Está especialmente recomendado en problemas de desmineralización como caries, caída de pelo y uñas frágiles.
• Ayuda al tratamiento de estreñimiento y colitis.
• Tiene propiedades diuréticas por lo que favorece el funcionamiento renal.
• Ayuda a eliminar problemas de próstata, por su efecto antiinflamatorio.
• Eficaz para expulsar parásitos.