F. Jesús, ¿por qué este vacío en mi corazón, por qué esta desolación?
J. Hijita, ya olvidaste lo que sufrí en Mi pasión. Como eres Mi amiga te he hecho partícipe del sufrimiento de Mi Corazón, aunque en un ínfimo grado. Amiguita mía, acompáñame siempre.
F. Jesús, para Vos es poco lo que sufro, sin embargo para mí... estoy muriendo por dentro. Esta angustia de muerte me está traspasando, pero te lo ofrezco para salvar las almas.
J. Hijita, en verdad te digo, llegará un día en que me pedirás más dolor, pues vas a enamorarte de él como de Mí. El discípulo no es más que su Maestro, una vez te dije: "CRUZ, DOLOR Y AMOR son una misma cosa". Conoces el dolor de tu Maestro, conocerás la alegría de Su triunfo sobre la muerte.
Eres mía, hijita adorada de Mi Sagrado Corazón, y créeme que no te impongo sufrimiento que no puedas soportar. Todo el dolor de tu Amigo no lo soportarías, entonces complácete en lo poco que te toca.
Vivo en ti, corazón de niña, eres Mi deleite a pesar de todas tus miserias. Sabes que no las borraré totalmente para que siempre tengas un motivo de esfuerzo y para que puedas ofrecerme siempre pequeños sacrificios.
F. Jesús, estoy a Tu merced. Me tenés como a un juguetito. J. Este juguetito tendrá su recompensa, seré Yo mismo. Más tarde:
F. Mami, te quiero tanto... Tu corazón es mi paraíso. ¿Qué haría yo sin él, sin mi refugio? Mami, sos tan hermosa...
M. Hijita, debes reflejarme en dulzura, bondad, mansedumbre, amabilidad. Quédate siempre Conmigo y te renovaré Mi Amor. Te entregas fácilmente a actividades sin sentido y no te entregas a Mí, eres tan débil, siempre debo buscarte.
F. Es que cuando estoy con Vos ya no quiero salir y tengo cosas que hacer. Me cuesta cumplir con mis obligaciones. ¿Cómo hago?
M. Tú no haces. Soy Yo la que hago. Deja que me ocupe del "hacer". Cada cosa la haré Yo en ti. Por eso debes hacer lo que solamente Yo te inspire. Todavía no aprendes a diferenciar bien Mi voz, pero no te preocupes, estás creciendo. Más silencio, hija.
J. Soy tu Amigo, también quiero compartir tus momentos de alegría. F. Sos un plomo, no me dejás en paz ni un segundo. Dame un descanso, por favor. Perdoname por echarte flit. Si al fin y al cabo te necesito. Gracias por ser mi Amigo, gracias por Tu compañía.
J. Algunas veces te olvidas que estoy vivo, en carne y hueso. Que he vivido y sufrido como tú las penurias de la tierra, y también he gozado.
F. Jesús, me estás martirizando con Tu Amor. Cuando no te siento, muero, pero cuando te das nuevamente a mí, creo que me voy a morir. ¿Cómo resistir tanto Amor? Es Tu voluntad y acepto; ya no soy dueña ni siquiera de lo que siento puesto que te has adueñado de mi corazón. ¿Quién va a comprender? Me dejás sin fuerzas.
¿Cómo vivir así en este mundo?
|