La vida que vives se nutre de los pensamientos que piensas. ¿Qué tipo de nutrientes te están proveyendo tus pensamientos actualmente? Si tus pensamientos están llenos de miedos, de críticas, de enojo, preocupación y egoísmo, esas serán las cosas de las que te nutrirás. Obviamente lo que vas a experimentar a cambio será decepción, ansiedad e infelicidad. Por el contrario, deja que sean pensamientos de amabilidad, de amor, de fe, esperanza y bondad los que llenen tu mente. Ellos te llevarán a experimentar alegría, felicidad, buena salud y realización. Imagina lo mal que te sentirías si tu dieta sólo estuviese conformada por comida chatarra. Darle a tu vida una dieta de ninguna otra cosa excepto pensamientos negativos y limitantes tendría el mismo efecto. Pensar en algo no lo hace realidad. Pero el pensamiento te da los nutrientes que necesitas para convertirlo en realidad. Haz que esos nutrientes de pensamientos positivos sean de la mejor calidad que podrían llegar a ser. Y tu vida se beneficiará enormemente. |