El éxito no es tenerlo todo, ni hacerlo todo, sino serlo todo. Por lo general, basamos nuestro éxito en las conquistas externas. Estas conquistas nos dan posesiones que pasamos a tener y se vuelven el parámetro de vencedores y perdedores. A veces, el éxito se basa en nuestras acciones y su impacto sobre los demás. Pero, es solo cuando el éxito se base en las posesiones interiores, es decir, en lo que soy, es que puedo decir que soy exitoso. Pues lo que tengo se puede ir un día, lo que hago, pararé de hacer en algún momento, pero lo que soy es eternamente mío.
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