Tengo una colección de lágrimas que nadie ve: están
en mi alma. Una lagrima guardada por cada suspiro
reprimido, por cada mirada desviada, por cada disco devuelto, por cada sonrisa forzada. Cuando es
llanto lo que oculta, por tantos besos muertos en
mis labios, por cada susurrar tu nombre, sin eco en el espacio, por cada adiós dicho en silencio, cuando
nuestras espaldas se ven alejarse, por cada sueño interrumpido, por cada vez que te busco en la
multitud sin encontrarte, por cada noche sin luna,
por cada insomnio latente, por el hueco vacío de tu
mano, por cada vez que me reprimo para no
llamarte, por tantas veces que decido callar. Y
una lágrima, especial, guardada
por lo que fuimos alguna vez, y aún lloro deseando, en lo profundo de mi interior, volver. Mi colección de lágrimas
tiene un bono especial: Por cada lágrima guardada
te dedico mi sonrisa más alegre, más amable, más
generosa, por cada vez que pienso que eres feliz,
creando tu propio destino, aunque yo no esté ahí...
Aunque nuestros caminos se separen, te albergo en mi corazón