Somos prisioneros de las palabras, prisioneros del tiempo que nos toca vivir, prisioneros de la cultura que nos forma, prisioneros de la ley del menor esfuerzo, de no darnos cuenta, de creer en quienes nos aprisionan, de no sentir los dolores ajenos, de mirar sin ver la realidad, de creer que controlamos lo incontrolable, de creernos superiores, de generar mitos y sin embargo, en este desierto de muchedumbres hay quienes hacen posible la primavera, hay quienes creen en el hombre, hay quienes luchan sin medir los sacrificios, hay quienes ayudan sin pasar la cuenta y por lo mismo hay esperanza.-
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