Lecturas para este día: Isaías 58:1-9. Mateo 9:14-15.
¨Esto dice el Señor Dios: El ayuno que yo quiero es éste; abrir las prisiones injustas… dejar libres a los oprimidos…partir tu pan con el hambriento, hospedar a los pobres sin techo, vestir al desnudo y no cerrarte a tu propia carne¨. Isaías 58:1-9.
Si te dejas llevar, si oras, si amas, irás muriendo a ti mismo, muriendo la muerte de Cristo, que irá viviendo en ti. Y ya no vivirás tú, será Cristo quien irá viviendo en ti. Convertirse es cristificarse.
Piensa qué aspectos de tu vida no están aún cristificados. Repasa a lo largo de esta santa Cuaresma las fallas más frecuentes que debemos evitar:
-No somos pobres, ni siquiera austeros, sino muy consumistas, muy instalados; podemos caer en la codicia.
- No somos humildes, nos gusta prevalecer, destacar, rivalizar; por eso podemos caer en la envidia y en el afán comparativo.
- No somos misericordiosos, más bien insensibles, intolerantes; podemos caer en la dureza de corazón.
- No somos solidarios, ni generosos, (¨cada uno en su casa, y Dios en la de todos¨), ni sabemos compartir; podemos caer en la injusticia.
- No somos pacíficos ni pacificadores, llegamos fácilmente a la violencia, en palabras y actitudes, ni sabemos pacificar, nos resulta arriesgado; podemos llegar a la crueldad.
- No sabemos orar, vivimos superficialmente, volcados hacia fuera, haciendo nuestra voluntad; podemos llegar a la lejanía de Dios.
- No sabemos amar, nos amamos excesivamente a nosotros mismos, somos egoístas, no nos amamos como Jesús nos enseñó; podemos caer en una muerte espiritual.
Reflexión y comentarios…