Con el pie sobre tus petalos... Que tristeza ha de sentir la pobre vagabunda al ver que lo que pisó con enfermizas ancias era una rosa, quizas la única rosa que llenaba su pobre vida de fragancia. Hoy solo quiere levantar sus petalos del suelo y retorcerlos con furor, con gran bravura mas es posible que la rosa aun agonizante por solo sentir su calor se vista de hermosura. Cuando el tiempo haya pasado y se de cuenta que en los jardines del engaño se quedo creyente, entonces todo su ser pedirá perdón arrepentido y no podra borrar a la pobre rosa de su mente
| | |
|