Oración del 22 de abril del 2014, martes:
Lecturas para este día: Hechos 2: 36-41. Juan 20: 11-18.
¨¿Por qué lloras? ¿A quién buscas? Ella pensando que era el que cuidaba el huerto, le dijo: Señor, si tú te lo llevaste, dime dónde está para que yo vaya a buscarlo, Jesús entonces le dijo: ¡María! Ella se volvió y le dijo en hebreo: ¡Rabuní! Que quiere decir: Maestro¨. Juan 20: 14-16.
María, la de Magdala, fue del grupo de mujeres que, como discípulas, seguían a Jesús, sirviéndolo a él y a sus apóstoles. Los doce apóstoles le acompañan, como también algunas mujeres que él había curado de espíritus malignos y enfermedades. Entre ellas iba María, la llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios; también Juana, esposa de Cusa, el administrador de Herodes; y Susana; y muchas otras que le ayudaban con lo que tenían. Lucas 8: 1-3.
Como los apóstoles, estas piadosas mujeres colaboraron, dentro de su categoría y posibilidades, a la difusión del mensaje de Dios. En ese servicio se identificaron plenamente con Jesús, para quien estaban muy agradecidas y obligadas. Por eso, a pesar de Galileas las encontramos juntas en Jerusalén, con Jesús y el grupo de discípulos; al pie de la cruz, junto a María la madre de Jesús… después, sin la Virgen María, en el Sepulcro. María, la de Magadala, manifiesta ser la más temperamental y emotiva: Pues, antes de cerciorarse, corre a comunicar que se han robado el cuerpo del Señor. Esto le valió, porque después sin las compañeras se quedó sola, llorando junto al sepulcro, y allí recibe, como expresión de singular cariño, la manifestación de Jesús resucitado.
Jesús nos responde con sus dones extraordinarios, en la medida de nuestro amor, fidelidad e incondicional entrega a Él.
Reflexión y comentarios…
Del Salmo 32: En el Señor está nuestra esperanza. Aleluya.