CUANDO SEAMOS GRANDES
*
Cuando seamos grandes, no nos olvidemos que para las noches se hicieron
los cuentos, y los reyes magos, y los duendes buenos; que solo hace
falta cuando llega el sueño tener bien a mano la voz de un abuelo.
No nos olvidemos que en una vereda cabe un mundo entero, de risas
y ruedas, que no hay mar tan nuestro como el de la acequia, que con
dos pedales de una bicicleta lo que queda lejos siempre queda cerca.
No nos olvidemos de las maravillas que guardan dentro las cosas
sencillas, los viejos cajones, la flor, la semilla.
La vida es un viaje y es cuestión de sentarnos al lado de la ventanilla.
Cuando seamos grandes, va a ser muy bonito tener como amigos a
los animalitos y gritarle cosas y entender sus gritos.
Y explicar los vuelos para el infinito...(los grandes no entienden a
los pajaritos.)
No nos olvidemos cuando seamos grandes que un beso es un modo
de quedarse en alguien, que siempre es horario para acariciarse,
que el amor es todo, que ternura es madre, que hay que estar
temprano cuando se hace tarde.
Cuando seamos grandes no nos olvidemos de la fantasía, del
sol y los juegos, y los cumpleaños, y el circo viajero, los payasos
tristes, los muñecos buenos, la hermosa costumbre de decir:
¡¡TE QUIERO!!
Ojalá nunca dejes de soñar, de jugar, de besar, de acariciar,
de amar...
Ah!! Y nunca te olvides... al ser grande, de la maravillosa
virtud de saber perdonar...
*
Autora: Elizabeth Direnzo