Lecturas para este día: Hechos18: 1-8. Juan 16: 16-20.
“Crispo, el jefe de la sinagoga, creyó en el Señor con toda su familia; también otros muchos corintios que escuchaban creían y se bautizaban”. Hechos 18: 1-8.
Una vez, un señor abordó un avión para viajar a Nueva York. Un niño entró buscando su asiento y se sentó al lado suyo. El niño era muy educado y pasó el tiempo coloreando en su libro de pintar. No presentaba rasgos de ansiedad ni nerviosismo al despegar el avión.
El vuelo no fue muy bueno, hubo tormenta y mucha turbulencia. De momento una sacudida fuerte, y todos estaban muy nerviosos, pero el niño mantuvo su calma y serenidad en todo momento. ¿ Cómo lo hacía ? ¿ Por qué su calma ?… Hasta que una mujer frenética le preguntó:
- Niño : ¿ No tienes miedo ?
- No señora, contestó el niño y mirando su libro de pintar le dice: – ¨Mi padre es el piloto¨…
A lo largo del camino nos vamos a encontrar con sucesos que nos sacudan como en una turbulencia. Habrá momentos en los que no veremos el terreno sólido y nuestros pies no pisarán lugar seguro, no veremos dónde sostenernos. En esos tiempos hay que recordar que nuestro PADRE es el piloto.
A pesar de las circunstancias, nuestras vidas están puestas en el Creador. Así que la próxima vez que llegue una tormenta a tu vida o si en este momento estás pasando por una, alza tu mirada al cielo, CONFÍA y di para ti mismo: ¡Mi Padre es el piloto!
El fruto del silencio es la oración.
El fruto de la oración es la fe.
El fruto de la fe es el amor.
El fruto del amor es el servicio.
El fruto del servicio es la paz.
Oremos con mayor confianza este día.
Reflexión y comentarios…