¡Resuelve tu problema!
Hace tiempos vives con el propósito de cambiar tu vida, de mejorar tus actos, de terminar definitivamente con tus deficiencias.
¡Entonces, comienza ya!
No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy…
Es claro que todo no lo solucionaras de la noche a la mañana. ¡Pero, comienza ya! Si caes de nuevo, no te desanimes: ¡Vuelve a empezar cuantas veces sean necesario!
7. ¡Aunque estés solo, sigue avanzando!
Si los demás te abandonan, continúa tu marcha.
Si tus caminos se vuelven oscuros, tienes una razón más para mantener encendida la luz pequeña de tu fe.
No dejes que esa luz se apague porque te quedaras a oscuras.
Ilumina con tu luz la oscuridad que te rodea.