Oración introductoria
Hoy que celebramos la fiesta del cuerpo y la sangre de Cristo, quiero pedirte, Señor, que ilumines mi oración para saber corresponder a la inmensidad de tu amor. Te entrego, sin reservas, mi vida. Cuéntame entre ésos que quieren serte fieles, entre los que suplican tu Pan Eucarístico para transformarse en un auténtico discípulo y misionero de tu Reino.
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