¨Pedro el Señor le contestó: Marta, Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas cosas; sólo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor, y no se quitarán¨. Lucas 10: 38-42.
La breve escena es muy familiar. Marta y María tienen carácter muy diferente:
Una, buena ama de casa, se esmera en atender a las cosas materiales; la otra se sienta a los pies de Jesús, en actitud de discípula, y le escucha atentamente. Ante la queja de Marta, Jesús, amablemente, le recuerda que ¨sólo una cosa es necesaria: María ha escogido la parte mejor¨, porque aprovecha la ocasión de que tienen al Maestro en casa y le escucha.
A veces, Jesús recomienda claramente la caridad, el servicio a los demás, como ayer, con la parábola del samaritano. Otras, como hoy, destaca la actitud de fe y de escucha. Lo cual quiere decir que no pueden ser opuestas las dos actitudes: La de la caridad detallista y la de la oración y la escucha. Sino complementarias.
Hemos de ser hospitalarios, pero también discípulos. Con tiempo para los demás, pero también para nosotros mismos y para Dios. Y al revés: Con oración, pero también con acción y entrega concreta.
Cada cristiano – no sólo los monjes o sacerdotes – debe saber conjugar las dos dimensiones: La oración y el trabajo servicial. ¿Cuál es el aspecto que yo descuido? ¿Me refugio tal vez en la meditación y luego no doy golpe? ¿O me dedico a un activismo ansioso y descuido los momentos de oración? ¿Soy sólo Marta, o sólo María? ¿No debería unir las dos cosas?
Reflexión y comentarios…
Del Salmo 138: Condúceme, Señor, por tu camino.