¨Dijo Jesús a la gente: Les aseguro que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan el Bautista; aunque el más pequeño en el Reino de los Cielos, es más grande que él. Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el Reino de los Cielos hace guerra y los esforzados se apoderan de él¨. Mateo 11: 11.
El Dios de la ternura volverá a los Israelitas, desde la cautividad babilónica, a su tierra. Obrará maravillas a favor de su pueblo, convirtiendo el desierto en vergel y la estepa en manantial.
En tiempos de Jesús, también se alzó la voz de Juan en el desierto. La imagen del Bautista comienza a iluminarse en el momento de espera del Adviento, hasta el punto de que será central en el Evangelio diario, desde hoy, hasta el día 16 de Diciembre.
Comienza la etapa del precursor del Mesías. Es tan importante la presencia del Bautista que merece una especial mención de Jesús: ¨Les aseguro que no ha nacido de mujer otro más grande que Juan el Bautista¨. Y luego añade: ¨Aunque el más pequeño en el Reino de los Cielos es más grande que él¨. Esta superioridad no es tan sólo de valores personales, sino proclamar un estado o situación mejor respecto a la salvación de Dios que trae Jesucristo.
Nos alegra, Señor, el saber que eres un Dios clemente, misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad, pero también comprometido a fondo con el dolor de tu pueblo. Hoy te pedimos por los sedientos de vida y dignidad y por los profetas que luchan a favor de la esperanza; aumenta su fe valiente y fortalece la nuestra, para comprometernos cada vez más con el ansia de tu amor y tu justicia. Danos la fuerza y energía del Reino para entrar en él, la entrega de los esforzados que se comprometen a fondo.
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