¨Jesús les dijo: Os aseguro que los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del Reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia y no le creísteis; en cambio los publicanos y prostitutas lo creyeron. Y aun después de ver esto vosotros no os arrepentisteis ni le creísteis¨. Mateo 21: 30.
La primera Lectura está tomada del Profeta Sofonías, que fue el primero en dar un sentido espiritual al tema de los pobres de Yahvé. Es el pobre según el espíritu de las bienaventuranzas. Es el pobre vacío totalmente de sí mismo y confiando únicamente en el Señor y sigue el camino de la rectitud y de la justicia con absoluta fidelidad a Dios y los hermanos, sin dar culto a la soberbia y a las riquezas.
El Evangelio contiene la parábola de los hijos enviados por su padre a la viña. De hecho quien obedece es el que parecía menos dispuesto a hacerlo; su conducta refleja el camino del pecado al arrepentimiento. Dios siempre da una segunda oportunidad.
En el segundo hijo, que acepta ir a la viña y luego no va, están representados quienes conocen la voluntad de Dios e incluso parecen seguirla, pero de hecho vacían de contenido el cumplimiento de lo que el Señor nos pide.
¿En cuál de los dos hijos de la parábola nos vemos reflejados?
Creo que la segunda actitud merece nuestra atención. Damos un sí a Dios y practicamos un no. Lo que nos pide Dios, ante todo, es apertura a su oferta de salvación, ser pobres que la ansían y la reciben gozosos como el mayor tesoro. Son estos ¨los pobres¨ que se ganan el corazón de Dios.
Te bendecimos, Padre, con los pobres de la tierra. ¡La salvación de Dios está llegando a nuestro mundo! Demasiadas veces Señor te damos un sí y practicamos un no. Pero Tú eres el que da una segunda oportunidad.
Reflexión y comentarios…
Del Salmo 33: El Señor escucha el clamor de los pobres.