Lecturas Bíblicas para este día: Hebreos 12: 4-7. 11-15. Marcos 6: 1-6.
¨El Señor reprende a los que ama¨. Hebreos 12: 4-7.
Pulguita, había sido muy trabajador. Ahora, incapacitado, pasaba los días en casa de sus hijos , ya casados un mes en casa de cada uno. Para eso les había repartido todos sus bienes. Y les daba cierta mensualidad que recibía de un hermano de Argentina. Pero la ¨carga¨ se fue haciendo pesada, más cuando la mensualidad del tío no llegaba.
Decidieron poner al viejo en un asilo, alegando mil pretextos: La carestía de la vida, cosechas pobres, muchos hijos…
Las lágrimas corrían por el arrugado rostro, por la ingratitud de los hijos. Al llegar al día de la partida, el señor Pulguita, estrechó la mano de muchos vecinos emocionado y lloroso. Estaba ya subiendo a la carreta que lo llevaría a la ciudad, cuando llegó corriendo, el vice prefecto del pueblo: ¨¡Pulguita!. ¡Espere! Le traigo la felicidad. El cartero acaba de entregarme este oficio del consulado… Dicen que su hermano murió y le dejó una gran herencia¨.
¡Querídisimo Padre!, gritaron los hijos y las nueras. Ya no irás al asilo, no hay espacio; venga a nuestra casa. Pero él subió al carro ayudado por sus amigos. Se enderezó y dijo: Hijos míos, esto no cambia mi intención. Me voy al asilo. Las buenas hermanas y los viejos abrieron sus brazos para recibirme cuando era pobre. Ahora, no es justo que los desprecie por mil millones. Ese dinero será para ellos y para los infelices que, como yo, sean expulsados de casa por hijos ingratos, Adiós.