Caín atacó a su hermano Abel y lo mató¨. Génesis 4: 1-15.
Caín llega a su crimen a través de un proceso o degradación: ¨Se enfureció¨, por envidia; ¨andaba cabizbajo¨, por amargura y depresión; obró mal y rechazó la advertencia de Dios y de su conciencia; renunció a luchar contra el pecado; urdió un plan.
En el fondo de ese abismo al que se ha lanzado se consuma el crimen: ¨Se lanzó contra su hermano Abel y lo mató¨. La muerte de Abel, pues, nace de la muerte de Caín, es decir, del trágico desmoronamiento de su ser racional y de su misma capacidad de ser humano…
Una vez dos hombres fueron ante el rey para hacerle una petición. Eran vecinos, pero no muy unidos en la amistad. El rey dijo que les concedería lo que pidieran, pero con una condición: El que pidiera al último, ganaría el doble de lo que hubiera pedido el primero. Por ejemplo, si el primero pedía un caballo, el segundo recibiría dos. Ante tantas ventajas para el segundo, ninguno de los dos quería ser el primero en pedir. Cada uno miraba al otro, y los dos miraban al rey en un mutismo desesperante.
Finalmente, el rey tomó la iniciativa y, señalando a uno de los dos, dijo: – Alguien tiene que comenzar. Comienza tú. El hombre señalado, después de una pequeña pausa, dijo con firmeza: – Señor mío, estoy consciente de que mi compañero obtendrá el doble de lo que yo pida. Pido, pues, que se arranque un ojo…
Del Salmo 49: Te ofreceremos, Señor, sacrificios de alabanza.