La mente siempre quiere hacer algo y el ego conseguirlo todo. Sin embargo, entre los intentos por conseguir y el constante hacer se abre una fisura por donde la vida se nos escapa como si fuera agua entre los dedos, mientras que un extraño desasosiego comienza a invadirnos. La ansiedad se queda instalada como si fuera algo normal, pero, ¿lo es?
Realizar un Retiro de Silencio es tener la oportunidad de realizar un profundo trabajo interno, destinado a todos aquellos que en verdad tienen auténtica sed de comprensión, y por ello anhelan hacer un alto en el camino. Detenerse y simplemente percibir, sentir y escuchar. Un tiempo destinado a hacer el “no-hacer”, para sentir el cuerpo y recordar el olvidado sí mismo y escuchar el alma.
Sentarse y sentirse… sin ninguna otra pretensión que compartir el silencio interior con los demás. Tiempo para la interiorización y el autoconocimiento, para saber quién y qué se es por experiencia directa, sin conceptos ni ideas preconcebidas o adquiridas de los demás.
Unas condiciones idóneas para traspasar las diferentes capas superficiales del ego y la personalidad, con el fin de conectar con zonas más profundas y nucleares, allí donde mora el alma, siempre dispuesta a susurrarnos sus secretos. Lo que en tales estados de profundidad emerja formará parte de la experiencia íntima de cada cual.
En definitiva, un tiempo de silencio y quietud dedicado a la práctica intensiva del Radja yoga, el yoga de la meditación sentada y en quietud. Una oportunidad para brindarse la posibilidad de experimentar el sabor que proporciona la percepción de contemplar cómo el tiempo, el espacio y uno mismo se diluyen en el vacío infinito que todo lo contiene.
Silencio y quietud por Emilio J. Gómez