Lecturas para este día: Hechos 15: 7-21. Juan 15: 9-11.
¨Permanezcan en mi amor, para que su alegría llegue a plenitud¨. Juan 15: 9-11.
Esta alegría la sentiremos en la medida en que ¨permanecemos en el amor¨ a Jesús, ¨guardando sus mandamientos¨, siguiendo su estilo de vida, amándolo así en las personas para ser felices, aunque resulte contra corriente…
Sucedió en una de esas agitadas estaciones de autobuses de nuestras capitales. Iba caminando en medio del gentío que iba y venía, cuando oí una vocecita llorosa de niño:
– Mamá, tengo hambre.
Aquello me partió el alma. Me paré a ver quién era. Me acerqué a ellos.
-¿Qué les pasa a ustedes?
-Somos del interior, explicó la mujer ajustándose al cuerpo algo que había sido un vestido. Vivíamos en un ranchito, en terreno ajeno. Parece que el dueño se hartó de nosotros y nos pidió que saliéramos. Necesitaba el terreno.
-¿Y qué iba a hacer allí?
-Dijeron que iba a abrir un club. Ya es dueño de dos en la ciudad.
Allí estaba sola la madre con cuatro niños, todos amontonados encima de sacos y con sus ¨trastes¨ de la mudanza. El marido estaba en la ciudad, buscando trabajo para poder pagar el viaje.
Era un capítulo más de la pasión de Jesús, que se prolonga hasta nuestros días en la historia de nuestro pueblo. Mi hija de diez años, que me acompañaba y había escuchando con interés el doloroso relato, me dijo muy afectada: Papá, ¿Vamos a ayudar a esta familia? Cuando yo crezca quiero tener mucho dinero para ayudar a los demás.
Del Salmo 95: Cantemos la grandeza del Señor. Amén.